En línea con otros proyectos recientes en los que el autor trabaja con objetos preexistentes como material de memoria, la instalación parte de la reutilización de tejas árabes, fabricadas artesanalmente con arcillas propias del territorio. Este elemento de la arquitectura tradicional castellana empleado para la construcción de tejados, mantiene aquí su sentido original como tapas que cubren una serie de cajas elaboradas con las arcillas que emplean los alfareros de Portillo. Se plantea así una reflexión a propósito de los tiempos de incertidumbre, formulando interrogantes sobre los factores que protegen, que conviene conservar, guardar. Pero también sobre aquello a lo que renunciamos, lo que nos es arrebatado, lo que queda fuera.
«La intimidad tiene forma de receptáculo, para el cobijo y para la satisfacción (con el alimento, la relación sexual, el descanso…) La intimidad como receptáculo se relaciona directamente con la casa o la gruta, pero también con el arca y el cofre, que poseen el significado añadido del secreto (arcanum).»
La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad. Josep María Esquirol. Acantilado, 2015.